- Sí que sale cara la bromita, sí...
- No es ninguna broma. Es una traducción.
- Pero para eso me la hace mi sobrino, que se fue un verano a Irlanda con una familia y controla el inglés.
- ¿A qué se dedica usted?
- Soy dentista
- Uy, dentista. Ésos son todos unos aprovechados...
- ¿Cómo dice?
- ¿50 euros por una revisión? Paso. Yo le doy una linternita a mi cuñado, que una vez estuvo en unas excavaciones y...
Por el día en que se valore el oficio del traductor en este país.
Mi experiencia me dice que cada negocio, cada gremio, es una pequeña mafia, pero los dentistas son como los taxistas, no se cortan nada. No van como Al Capone por la calle porque ya pasó de moda, que si no...
ResponderEliminar¡Y encima se quedan con tu muela, Doctora!
EliminarYo creo que pasa con casi cualquier trabajo. Yo, como ingeniero, muchas veces creen que lo que haces es dar a un botón y mirar una pantalla y que eso lo puede hacer cualquiera...
ResponderEliminarNo, si ya imagino que sucede prácticamente con cualquier oficio... El problema de la traducción es que todavía hay quien no entiende siquiera que es precisamente eso: un oficio.
EliminarNo, si por morro la gente no será...
ResponderEliminarTú que también estuviste por tierras irlandesas, debes de controlar del tema... :P
JAJAJAJA ! eres genial.
ResponderEliminarEs una respuesta que me guardo para alguna vez, porque ese afán de la gente por menospreciar lo que hacen los demás, cuando no tienen ni idea del tema (motivo por el que acuden a preguntarte) me crispa. Pero es un ejemplito elegante éste.
Es toda tuya... Ya verás qué bien quedas.
EliminarCierto es que la gente se empeña (¿nos empeñamos?) en desmerecer el trabajo de los demás "Si total, lo único que hace es echar una firmita y cobrar..." y no tenemos ni idea de todo lo que hay detrás...